Edipo,
rey de Tebas, se
dirige a una muchedumbre encabezada por un sacerdote, que se ha congregado para
pedir ante el altar de los dioses remedio a la peste que asola la ciudad de
Tebas. Para conocer las causas de esta desgracia, el propio Edipo ha mandado a
su cuñado Creonte a consultar el oráculo de Delfos
para saber cuál es el origen de la peste que azota a la ciudad de Tebas. La
respuesta del oráculo es que dicha peste se debe a que no se ha vengado
convenientemente la muerte de Layo, el rey anterior: su
sangre derramada amenaza con dar muerte a todos los habitantes de la ciudad
hasta que el asesino sea ejecutado o exiliado.
Predicciones de Tiresias
Edipo pronuncia un bando solemne
en el que conjura a todo el pueblo tebano a que colabore en el esclarecimiento
del crimen, en él asegura tanto al asesino como al cómplice, que si se
muestran, podrán irse sin peligro alguno; a cualquier testigo que haya visto lo
sucedido, que lo diga sin temor y Edipo le recompensará. Pero en caso
contrario, buscará al asesino, al cómplice y al testigo, se le prohibirá rendír
culto a los dioses, nadie del pueblo le hablará, y, será desterrado, y Edipo le
maldice, deseándole una vida miserable. Edipo y el coro de ancianos tebanos
confían en que el adivino Tiresias lo aclare .
Cuando llega Tiresias, se produce
un diálogo, entre Edipo y éste que degenera en un enfrentamiento, en el que
ambos se insultan; ante las palabras del adivino, que dice que Edipo está
directamente implicado en el asesinato, (aunque Tiresias al principio no quería
hablar sobre lo que sabía, al verse insultado por Edipo como sucio traidor
decide hablar en frente de todos los presentes todo lo que sabía, o sea,
acusándolo rotundamente de ser la causa de tantas desgracias). Edipo interpreta
que se trata de una conspiración del anciano y de Creonte.Tiresias, antes de despedirse,
emite confusas predicciones. Señala a Edipo que pesa sobre él una maldición.
Acerca del asesino de Layo dice que éste se encuentra cerca, que se cree que es
extranjero pero se demostrará que es tebano, que será privado de la vista y
exiliado; que será a la vez hermano y padre de sus propios hijos, hijo y esposo
de su madre y asesino de su padre. Esas declaraciones envenenan más su locura.
Revelaciones de Yocasta
Yocasta, que es esposa de Edipo, ejerce de
mediadora en la disputa. Tras conocer los motivos, dice a Edipo que no debe
hacer ningún caso de las adivinaciones proféticas y pone como ejemplo un
oráculo que predijo a Layo que moriría asesinado por uno de sus hijos. Sin
embargo, la muerte de Layo se produjo por asesinato de unos bandidos en un
cruce de tres caminos. Al hijo que habían tenido se lo dieron a un campesino
para que lo matara, mas le dio pena y solo lo ato de los tobillos abandonándolo
en el bosque, esperando su muerte. Yocasta señala que por lo visto, no se había
cumplido el oráculo anterior.Sin embargo, Edipo, al conocer
los detalles de la muerte de Layo y sus características físicas, se alarma y
pide la presencia del único testigo del asesinato. Hay un gran suspenso porque
Yocasta no conoce los motivos de ese miedo de Edipo.
Edipo cuenta su historia
Edipo relata a Yocasta cómo sus
padres fueron Pólibo
y Mérope, reyes de Corinto. En un momento dado le llegaron
rumores de que no era hijo natural de ellos y, al consultar el oráculo de
Delfos, Apolo no respondió sus dudas y en cambio le
dijo que se casaría con su madre y mataría a su padre. Por ello había
abandonado Corinto, para tratar de evitar el cumplimiento de esa profecía. Más
tarde, en sus andanzas, había tenido un incidente en un cruce de caminos, había
matado varias personas y sus características eran las mismas que las conocidas
en el asesinato de Layo. La esperanza que tiene Edipo de no ser el asesino de
Layo es que el único testigo había afirmado que habían sido varios los
asesinos.
Noticias de Corinto
Yocasta manda llamar al testigo y
también se presenta como suplicante ante el templo de Apolo para que resuelva
sus males. Mientras, llega un mensajero
inesperado que trae nuevas noticias sobre los supuestos padres de Edipo en el
reino de Corinto. Pólibo ha muerto a causa de su vejez y quieren proclamar a
Edipo como rey de Corinto. Yocasta, tras oír las noticias, trata de hacer ver a
Edipo que tampoco el oráculo según el cual iba a matar a su padre se había
cumplido y por tanto ya no debería de temer el otro oráculo que decía que se
casaría con su madre.
Resolución de los enigmas
La reina Yocasta, tras oír el
relato completo del mensajero, ya ha comprendido todo el profundo misterio y
sale huyendo después de intentar en vano que Edipo se detenga en su
investigación. Por fin llega el testigo del
crimen. Edipo y el mensajero lo interrogan y al principio se resiste a dar
respuestas, pero ante las amenazas de Edipo revela que el niño que le habían
entregado para que lo abandonara en el monte Citerón era hijo del rey Layo y la
reina Yocasta y que lo habían entregado para que muriera, impidiendo que se cumpliera
un oráculo funesto. Sin embargo, él lo había entregado al mensajero por piedad. Edipo comprende que Yocasta y
Layo eran sus verdaderos padres y que todos los oráculos se han cumplido. A partir de esta revelación un
mensajero de la casa cuenta todos los detalles del suicidio de la reina Yocasta
y la posterior ceguera de Edipo. Edipo aparece con los ojos
ensangrentados y pide ser desterrado. Dice que ha preferido cegarse porque no
puede permitirse ver, después de sus crímenes, a sus padres en el infierno, a
los hijos que ha engendrado, ni al pueblo de Tebas. Creonte pide a los tebanos que se
apiaden de Edipo y lo hagan entrar en el palacio.
El coro
El coro es un personaje colectivo
que comenta y juzga lo que ocurre en la tragedia. Durante toda la obra
intercala comentarios. Representa al ciudadano tebano, con el cual todos tienen
algo en común. A través de él, se van comentando los episodios de la tragedia.
En ocasiones el coro habla como si fuera el sentido común. Intervenciones del coro:
Primera: después del prólogo para elevar una
plegaria a la divinidad con el fin de eliminar la peste.
Segunda: después de la primera parte que canta su
desconcierto y quiere encontrar la causa de la peste por un lado, y por
otro siente angustia por las palabras del adivino y por su fidelidad al
rey.
Tercera: medita sobre la profecía que el oráculo
hizo a Layo y el destino de éste.
Cuarta: después de la tercera parte dando ánimos a
Edipo.
Quinta: antes del epílogo en la que canta la
desdicha al ver lo que ha sido su rey y en lo que se ha convertido.
A continuacion un pequeño estracto de la obra con un poco de la biografia del autor
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